
Estaba leyendo American Gods en español. Iba por la mitad cuando la traducción empezó a ponerme aún más nerviosa que al principio. Algo no iba bien. Entonces me encontré dos frases seguidas que empezaban con “pero” y tres dequeismos como los de Paco Marhuenda. Es que los traductores trabajan con prisas y están mal pagados. Me fui a una librería virtual y conseguí la edición inglesa por un precio más que razonable. He comprobado que Neil Gaiman nunca puso seguidas dos frases empezando por “but”. Y que en conjunto el trabajo de la traductora es bueno, pero no sé por qué no consigue que suene natural la cosa. Suena a traducción. Moraleja; no leas una traducción si puedes leer “the original stuff”. A no ser que el traductor sea un escritor al menos tan bueno como el autor. Por ejemplo, leer los cuentos de Edgar Allan Poe en la traducción de Julio Cortázar sí es buena idea.